sábado, 4 de julio de 2009

Un año después, ¿Colombia libre o antiparabólica?



El jueves 2 de julio se conmemoró el primer aniversario de la heroica operación Jaque donde 15 secuestrados por las FARC fueron rescatados gracias a una impecable operación militar, las principales noticias de la prensa colombiana se concentraron en remembrar la hazaña, el antes y el después. Un año después en la vida de aquellas personas quienes hoy miran al pasado y cuentan la historia como contando una película, a la que se le presta mucha atención y se recita con lujo de detalles.

La operación que le dio la vuelta al mundo, sin duda dejó una honda huella en cada uno de nosotros. Estos son hechos históricos que nos unen en sentimiento patrio sin importar credo, estrato o raza, como aquella vez del 5 a 0 contra Argentina, ¿cómo olvidarlo? Los colombianos se abrazaron en un solo grito: la victoria ante los gauchos, los reyes del balompié latinoamericano.

Un año después, el recuerdo del rescate sigue latente y como hecho histórico que se respete, en la vida de los afectados, es decir en la de todos, se hizo un paréntesis y como por arte de magia uno se acuerda exactamente de lo que estaba haciendo ese día. En mi caso particular recuerdo que estaba en la casa de un amigo cuando la noticia llegó y encendimos la tele: ¡liberaron a Ingrid!, nos miramos y nuestros ojos estaban automáticamente aguados, no lo podíamos creer, nos abrazamos, salimos a las calles y veíamos las risas y rostros de asombro y esperanza en cada uno.

Los abrazos, el orgullo nacional que se siente, esa acción solidaria que se transmite cada que vivimos un momento tan marcado como éste, se reclama constantemente en los colombianos cuando somos presas cotidianas de un mal llamado: ser Antiparabólico, palabra que escuché en la jerga venezolana y que además de una risa, me robó la atención porque hace referencia a una persona a quien poco o nada le interesa un asunto. Aquí nuestro asunto es Colombia, nuestros derechos fundamentales.

Entonces el ser antiparabólico no es un mal nuevo y considero de más cuidado que el virus A H1N1 por peligro de contagio. Somos antiparabólicos cuando injustamente nos imponen leyes, violan nuestros derechos y por negligencia no acudimos al deber ciudadano de reclamar lo justo. Somos antiparabólicos cuando siendo testigos de un atropello a una persona o animal indefensos, callamos. Y peor aún, el antiparabolismo cobra fuerza en las urnas gracias al abstencionismo.

De antiparabólicos y antiparabólicas está lleno el mundo y como resultado la injusticia e indiferencia reinan por cuenta de la ignorancia del silencio. Que no sucedan más hechos que despierten el espíritu colectivo, que el colectivo sea la constante. Que la cuota de dolor se convierta en el grano de arena para erradicar la indiferencia. Hoy de manera breve, estas letras más que una opinión quieren hacer eco de un clamor, donde el ser antiparabólico se convierta en ficción.

4 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Oramos q Colombia sea libre y en todo sentido.
Interesante blog.

Saludos...

Unknown dijo...

Gracias Jorge, sí, esa es una oración que se eleva diariamente, no solo en Colombia, en el mundo entero.

Wendy dijo...

Hola Adriana
Aun en medio del desastre de vida que estoy teniendo, te doy mucha razón. Que la indiferencia no nos mate la fe.
Un abrazo
Wendy

Unknown dijo...

Wendy que alegría saber de ti!
no me hables de desastres, que si por allá llueve, aquí no escampa, pero bueno no permitamos que la indiferencia mate nuestra fe, eso es verdad.