domingo, 2 de agosto de 2009

La Rueda Mágica

En Colombia celebramos 199 años de nuestro grito de independencia, ¡vaya, un añito y llegamos al bicentenario! En este lunes feriado todas las calles de nuestra patria se veían tan bonitas adornadas con el tricolor y gracias a la brillante idea del Gran Concierto Nacional, en más de mil ciudades colombianas se instalaron tarimas donde los artistas y músicos, ofrecieron su talento para deleitar a los miles de espectadores, que se congregaron en las principales plazas y en un solo grito cantaron ¡Viva Colombia!, ¡Libertad!, entre otras consignas esperanzadoras, de esas que nos salen cuando estamos imbuidos con el espíritu patrio.

Independencia, palabra que retumba en mi cabeza al recordar vagamente el hecho que rebosó la copa, la excusa perfecta para formar la trifulca, el préstamo de un florero, el famoso florero de Llorente. Sin abusar de la historia ni dármelas de historiadora, ni más faltaba, trataré a mí entender, de remembrar un poco el hecho aquel, para que estemos claros en el por qué nuestro grito de independencia se ha dado.




Durante tres siglos, iniciando desde el descubrimiento de América en 1492, las tradiciones políticas de los criollos, es decir nosotros, giraron en torno al dominio colonial, los españoles. Dominio que se tradujo, como cosa rara, en abusos en los impuestos a la corona, restricciones y discriminación hacia los criollos con respecto a ocupar cargos de poder. Entonces un grupo de criollos ilustres se reunieron en secreto para planear el golpe final que con la excusa del préstamo de un florero, marcó el comienzo de una serie de revoluciones independentista que la historia ha relatado ya. Aquellos esfuerzos no fueron en vano, nos libramos de los tiranos, pero leyendo un poco más me doy cuenta o especulo que la historia vueltas da. Como “la rueda mágica” en ciclos giramos y ahora nuestros opresores en otras pieles han mutado, y tal vez a una Patria Boba hemos regresado. Patria que reclama libertad, que le hace fiesta a una utopía cada 20 de julio, mientras a sus hijos se los come la selva en medio de las sombras. Nuestras batallas se reducen a un polvo blanco, el comodín usado para afianzar la entrada de una nueva corona que llega con los vientos del Norte.

La rueda mágica ha girado, pero a la espera de un Tribuno del Pueblo estamos, alguien que nos aliente con tan premonitorias palabras que con el pasar de los años aún siguen en boga: "Santafereños: Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como insurgentes: ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan". Esta fue la consigna de José Acevedo y Gómez, criollo ilustre con la elocuencia suficiente para mover al pueblo y cuyas palabras pronunciadas aquel 20 de julio de 1810 me llevan a pensar en el grito de Independencia que… ¿hemos dado?

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